miércoles, 14 de mayo de 2014

JULIO VERNE: EL GRAN VISIONARIO

Un adelantado a su época, un señor que supo ver lo que todavía no existía, lo que podría llegar a ser pero que todavía no era. Un hombre que soñó con el detalle de un visionario y con la magnificencia de un genio. Uno de los grandes y más valiosos creativos de todos los tiempos. Julio Verne, una de las mentes más creativas que jamás han existido. Su imaginación era un manantial inagotable de ideas, de hechos no ocurridos pero por ocurrir. Su creatividad inmensa, incalculable, casi infinita.


Nació en Nantes, Francia, el día 8 de febrero de 1828 y cuando tenía 11 años se escapó de su casa para embarcarse y trabajar como grumete primero, y marinero más tarde para viajar por los mares. Pero su aventura le duró poco, y después de un ataque de rabia juró que nunca más viajaría salvo, en su imaginación.

Sus padres Pierre Verne (familia de abogados) y Sophie Allotte (familia de militares) le sugirieron estudiar la carrera de Derecho y de ese modo, en 1847 comenzó sus estudios, terminándolos en 1849. En paralelo escribía teatro, lo que enfureció a su padre que le amenazó con quitarle la financiación que tenía si se desvinculaba de la carrera de abogacía. 

Pero Verne prefirió seguir su camino y dedicarse a otras labores, como gastar todos sus ahorros en libros y pasar muchas horas en las bibliotecas de París, estudiándolo todo, leyéndolo todo, como geología, ingeniería y astronomía, conocimientos que le servirían para más adelante, a la hora de escribir su magnífica obra y adelantarse, sin lugar a dudas y con asombrosa exactitud a muchos de los logros científicos de un siglo y medio más tarde. De ese modo, sin haberse inventado aun, hablaría en sus libros de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, misiles dirigidos, imágenes en movimiento (futura televisión), etcétera.


En el año 1869 escribió su primera y exitosa novela Cinco Semanas en Globo, gracias a la cual firmó un contrato millonario durante los siguientes veinte años, que le llevaría a ingresar una cantidad anual de 20.000 francos, a cambio de escribir dos novelas al año.

Más tarde escribió Viaje al Centro de la Tierra, en 1864, De la Tierra a la Luna, en 1865 y, 20.000 Leguas de Viaje Submarino, en 1870, siendo su última novela antes de su muerte, La Invasión del Mar.


Llegó a escribir más de cien libros que han sido traducidos a más de 112 idiomas, lo que le coloca como el segundo autor en la lista de vendedores con más éxito, detrás de otro autor con una producción mucho más reducida pero más densa, como fue Karl Marx, traducido a 133 idiomas.

Aparte de libros magníficos, Julio Verne escribió innumerables cuentos, ensayos, obras de teatro y poemas con los que hacía soñar a todo aquél que gozaba de su infatigable y maravillosa creatividad.


Un soñador que nos hizo y nos hace soñar, una persona que nos ofrece un ejemplo de que los sueños se pueden hacer realidad y que no debemos pensar, por muy locos que parezcan nuestros objetivos, que no pueden lograrse, que algún día no puedan nacer. Soñemos, el maestro Julio Verne nos enseñó cómo se hace, como se puede imaginar un mundo fantástico, pero real al mismo tiempo.


sábado, 3 de mayo de 2014

EL CLIP, AGRÚPALOS TODOS JUNTOS

La Real Academia Española de la Lengua define el clip como el utensilio hecho con un trozo de alambre, u otro material, doblado sobre sí mismo, que sirve para sujetar papeles. En otras palabras, un clip es un trozo de alambre plegado que tiene como finalidad agrupar folios, cartulinas y documentos para mantenerlos unidos y apilados de forma ordenada. Una característica fundamental del clip es que está diseñado para que no dañe las superficies a unir, lo que le convierte en un diseño práctico y utilizado por todos.


Este material de oficina que tiene tantos usos se ha convertido en imprescindible para muchos y utilizado por casi todos. Su invención surge de grandes mentes creativas que, sin lugar a dudas, pusieron su gran imaginación al servicio de la humanidad con una creación tan pequeña, pero a la vez, tan importante.

Teniendo en cuenta los textos de los historiadores, los bizantinos fueron los primeros en utilizar un objeto semejante al clip el cual era fabricado de bronce y por lo mismo, su costo resultaba bastante elevado, sólo era utilizado para unir documentos imperiales.

Samuel B. Fay, en 1867, recibió la aprobación de su patente para sujetar etiquetas en textiles, lo que le convirtió en el primer creador de un artilugio parecido al clip. Su clip fue diseñado originalmente para pegar etiquetas a la tela, pero en el registro se reconoció que podía usarse para tener juntos varios papeles.


Sin embargo, una década después, sería el también norteamericano Erlman J. Wright, quien consiguió una nueva licencia para su invento que serviría para unir papeles, éste, más similar a los actuales clips.

También la historia cuenta que el inventor del clip fue el noruego Johan Vaaler, quién lo tuvo que patentar en Alemania, en 1899, al no existir legislación al respecto en su país. Era un joven inventor con estudios en electrónica, matemáticas y ciencias al servicio de una oficina local de inventos. Sin embargo, no llegó a comercializarlo, lo que si hizo la compañía inglesa Gem Manufacturing, pionera en la industria del clip.


Como curiosidad, a pesar de su inmensa utilidad, y de acuerdo con un estudio realizado en 1990, de cada 100 000 clips:

  • Sólo 5 son usados para papel
  • 5.000 se pierden
  • 14.000 se destruyen mientas se habla por teléfono
  • 8.000 limpian tuberías y uñas
  • 5.000 hacen de palillo mondadientes.


También, como curiosidad podemos indicar que el clip más grande conocido tiene una longitud de 6 metros y pesa casi una tonelada. Se fabricó en 1998 en Amherst, Canadá; una empresa de inversiones lo compró en 2001 y lo expone en Massachusetts, Florida.