Un adelantado a su época, un señor que supo ver lo que todavía no
existía, lo que podría llegar a ser pero que todavía no era. Un hombre que soñó
con el detalle de un visionario y con la magnificencia de un genio. Uno de los
grandes y más valiosos creativos de todos los tiempos. Julio Verne, una de las
mentes más creativas que jamás han existido. Su imaginación era un manantial
inagotable de ideas, de hechos no ocurridos pero por ocurrir. Su creatividad
inmensa, incalculable, casi infinita.
Nació en Nantes,
Francia, el día 8 de febrero de 1828 y cuando tenía 11 años se escapó de su
casa para embarcarse y trabajar como grumete primero, y marinero más tarde para
viajar por los mares. Pero su aventura le duró poco, y después de un ataque de
rabia juró que nunca más viajaría salvo, en su imaginación.
Sus padres Pierre
Verne (familia de abogados) y Sophie Allotte (familia de militares) le
sugirieron estudiar la carrera de Derecho y de ese modo, en 1847 comenzó sus
estudios, terminándolos en 1849. En paralelo escribía teatro, lo que enfureció
a su padre que le amenazó con quitarle la financiación que tenía si se
desvinculaba de la carrera de abogacía.
Pero Verne prefirió seguir su camino y
dedicarse a otras labores, como gastar todos sus ahorros en libros y pasar muchas
horas en las bibliotecas de París, estudiándolo todo, leyéndolo todo, como
geología, ingeniería y astronomía, conocimientos que le servirían para más
adelante, a la hora de escribir su magnífica obra y adelantarse, sin lugar a
dudas y con asombrosa exactitud a muchos de los logros científicos de un siglo
y medio más tarde. De ese modo, sin haberse inventado aun, hablaría en sus
libros de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado,
misiles dirigidos, imágenes en movimiento (futura televisión), etcétera.
En el año 1869
escribió su primera y exitosa novela Cinco Semanas en Globo, gracias a la cual
firmó un contrato millonario durante los siguientes veinte años, que le
llevaría a ingresar una cantidad anual de 20.000 francos, a cambio de escribir
dos novelas al año.
Más tarde escribió
Viaje al Centro de la Tierra, en 1864, De la Tierra a la Luna, en 1865 y,
20.000 Leguas de Viaje Submarino, en 1870, siendo su última novela antes de su
muerte, La Invasión del Mar.
Llegó a escribir más
de cien libros que han sido traducidos a más de 112 idiomas, lo que le coloca
como el segundo autor en la lista de vendedores con más éxito, detrás de otro
autor con una producción mucho más reducida pero más densa, como fue Karl Marx,
traducido a 133 idiomas.
Aparte de libros
magníficos, Julio Verne escribió innumerables cuentos, ensayos, obras de teatro
y poemas con los que hacía soñar a todo aquél que gozaba de su infatigable y
maravillosa creatividad.
Un soñador que nos
hizo y nos hace soñar, una persona que nos ofrece un ejemplo de que los sueños
se pueden hacer realidad y que no debemos pensar, por muy locos que parezcan
nuestros objetivos, que no pueden lograrse, que algún día no puedan nacer. Soñemos,
el maestro Julio Verne nos enseñó cómo se hace, como se puede imaginar un mundo
fantástico, pero real al mismo tiempo.
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